Muchos de los filósofos antiguos, tanto de Oriente y Occidente, entendían la filosofía como un modo de vida, esto es como un ejercicio, un ejercicio que les implicaba en todo su estar siendo, en su pensar, en su hacer, en su sentir. Filosofía era filosofar y filosofar era vivir, era la exigencia de pensar lo que se vive y vivir lo que se piensa.
la exigencia de pensar lo que se vive y vivir lo que se piensa. Viene un poco por ese lado la propuesta de crear talleres filosóficos inter-niveles entre 5to año de Bachillerato y 3er año de Ciclo Básico. En un curso de Filosofía que intenta generar esa “askesis” o gimnástica del pensamiento abriendo diferentes espacios de experiencias filosóficas que atraviesen la vida del estudiante, la propuesta de generar talleres donde sean los propios jóvenes de 5to los que compartan con otros compañeros aquellos problemas filosóficos que más les interesa pensar, representaba una oportunidad muy tentadora de ser puesta en práctica.
Los talleres no solo apuestan a dar tratamiento a problemas y a problemas en los que los estudiantes se saben involucrados, sino que les permite retomar y resignificar los conceptos, textos y planteos de autores recorridos en el curso de Filosofía de 4to y de 5to y, en muchos casos, de otras asignaturas.
Aquellos problemas que movilizan a los jóvenes de 5to (y que muchos de ellos vienen siendo objeto de investigación desde la realización del ensayo filosófico de Crítica de los saberes de 4to año) encontraron un fuerte eco en los compañeros de 3ro, quizás por la fuerza de “encontrarse con lo que hace ver y pensar otras cosas y, sobre todo, de otro modo” (como plantea Larrosa). Un agradecimiento especial por la buena onda y el constante apoyo de la dirección, de los funcionarios de Crandon de ambos locales.